La historia
del hombre negro se inicia en Puerto Rico a partir de 1509 cuando llegan a la
isla los dos primeros hombres negros, que
pertenecieron al conquistador Juan Ponce de León, dos negros libres llamados Juan Garrido y
Pedro Mejías. Desde entonces comienza a escribirse la historia sobre la aportación y herencia
africana en la sociedad puertorriqueña. Sin
embargo la percepción de esa aportación en
nuestra cultura a veces ha tenido carácter de invisibilidad, ignorado
o relegado a un segundo plano cuando la
misma ha influenciado nuestra
música, danza y baile, lenguaje, gastronomía , política y artes plásticas.
Convirtiendo quizás a la raza negra
como la de mayor aportación en la construcción del ser puertorriqueño.
José Campeche (1751-1808)
La aportación
de la imagen del negro en el arte
puertorriqueño comenzaremos a verla ya para el siglo XVII con el inicio de las artes
plásticas puertorriqueñas que se debe
gracias a un afrodescendiente mulato llamado José
Campeche (1751-1808),
el primer artista plástico nacido en la
isla, considerado actualmente como uno
de los mejores artistas rococó en las Américas. Su padre
fue Tomás Campeche, un esclavo
liberado nacido en Puerto Rico y su madre María Jordán procedente de las Islas Canarias. Recibió su primera educación por parte de sus
padres así como filosofía, latinidad,
música (oboe, el órgano y la flauta) y
anatomía (para la práctica de sus dibujos)
en el Convento de los Dominicos. Campeche fue un artista autodidacta en
sus inicios hasta 1775 luego cuando llega desterrado a la isla por tres años desde España el pintor Luis de Paret se
convirtió en su amigo y tutor que lo instruyo en las técnicas de la pintura.
A través de la obras de
Campeche comenzamos a ver la representación del negro en el arte
puertorriqueño hecho que podemos apreciar en la
pintura “El Exvoto de la Sagrada Familia” (1778 al 1780) donde la sagrada
virgen está acompañada por tres esclavas negras la cual es considerada una de las obras más temprana, de la que se tiene conocimiento, en la que Campeche pinta
personas negras. Aunque su obra
mayormente son retratos y temas religiosos también observamos como en una de
sus pinturas más representativas como lo es el "Retrato del Gobernador Don Miguel Antonio de
Ustariz" (1790) el artista retrata obreros mulatos y negros cargando carretas,
cavando la tierra con picos y palas en la preparación del suelo para instalar
los adoquines en una calle del viejo San Juan.
El exvoto de la Sagrada Familia c. 1778 al 1780, Óleo sobre tabla
Colección del Instituto de Cultura Puertorriqueña.
"Retrato
del Gobernador Don Miguel Antonio de Ustariz" (1790), oleo sobre tabla
Colección del
Instituto de Cultura Puertorriqueña
Debo que señalar que Luis
Paret y Alcázar (1746-1799) durante su estadía en Puerto Rico entre 1776 a 1778
realizo un dibujo sobre una esclava de la isla que luego fue realizado en grabado por el grabador madrileño Juan de la Cruz Cano y Olmedilla (1734
-1790). Este grabado
fue realizado para la serie "Colección
de Trajes de España tanto antiguos como modernos que comprende todos los de
sus dominios" Madrid: Casa de M. Copin, 1777
“Esclava de Puerto Rico” (1777-1778)
grabado de un dibujo realizado por Luis Paret y
Alcázar (1746-1799)
José
Campeche, Diseño de Uniforme de miliciano moreno de Puerto Rico, c. 1785.
AGI MP—Uniformes
113. Ministerio de Educación -Archivo General de Indias
Además del
grabado de Paret también existe una
bella ilustración atribuida a José Campeche realizado para la época de 1785 de
un uniforme de las “Milicias de Morenos
Libres de Puerto Rico”. Estas milicias estaban formadas por mulatos y negros
libres, una de las más importantes fue la Compañía de Morenos de San Mateo de
Cangrejos (Santurce) compuesta por 55
soldados mulatos y negros quienes fueron determinantes para derrotar el intento
de los ingleses de capturar la Isla de San Juan de Puerto Rico en 1797. Aquel triunfo de milicianos sobre los ingleses
es considerado por algunos historiadores el primer atisbo de afirmación
nacional puertorriqueña.
Ya para la segunda mitad del siglo XIX
continuamos viendo la representación del negro
en la obra del artista criollo Francisco Oller (1833-1917), considerado
el único pintor latinoamericano que influyó en el desarrollo del impresionismo,
quien expresaba a través de su estilo realista e impresionista
sentimientos muy fuertes contra la esclavitud, el racismo y el abuso inhumano
de los esclavos lo cual podemos observar a través de obras como “La Escuela del
maestro Rafael Cordero” (1890-92) donde Oller quiso exaltar la figura de este negro tabaquero y zapatero que en su taller del
Viejo San Juan daba clases a los niños negros y blancos de la ciudad capital.,
"El Velorio" y la obra
perdida "El negro flagelado" (Imagen
donde se observa algunos esclavos que presencian el castigo de uno de
sus compañeros y la súplica de una esclava negra. Según algunos historiadores
del arte la obra fue exhibida en el
"Salon des Refusés" en 1875 y
existe una fotografía del mismo en la
Bibliotheque Nationales de París).
"La
escuela del Maestro Rafael" (1893)
Colección
del Ateneo Puertorriqueño
El Velorio,
c. 1893, óleo sobre tela
Colección Museo
de Historia, Antropología y Arte UPR
Francisco
Oller plasmo a través de sus obras su visión acerca del negro en la isla dejando
representaciones del mismo en otras
pinturas como:
Hacienda
Aurora, 1898, Óleo sobre lienzo.32 x 55,8 cm.
Colección Museo
de Arte de Ponce
La Ceiba de
Ponce, 1888, Óleo sobre lienzo, 18 1/2" x 27"
Colección
Museo de Arte de Ponce. Puerto Rico
Hacienda La Fortuna, 1885. Oil on
canvas, 26 x 40 in. (66 x 101.6 cm).
Brooklyn Museum, Gift of Lilla Brown in
memory of her husband John W. Brown
Para finalizar esta primera parte dentro de esta
representación del negro en nuestro arte
debemos señalar el autorretrato realizado por Pio Casimiro Bacener (1840-1900)
quien nació en San Juan, donde su madre una esclava, le dio el apellido de
sus propietarios la familia de José María Bacener. El
artista fue discípulo de Francisco
Oller a finales del siglo XIX en su escuela de arte. Según los
historiadores Pio Casimiro Bacener en el momento en que se casó en
1868, pudo haber sido liberado por sus propietarios o comprado su propia libertad.
Autorretrato, 1894 oil on wood, 11 7/8 “x 9 ¾”
Smithsonian American Art Museum / Teodoro Vidal Collection
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