domingo, 26 de febrero de 2017

Reconocer la discriminación conlleva muchas veces a enfrentarnos con nuestros propios prejuicios


Por  Brunilde Palacios y Antonio José Guevara

Prensa Alternativa y Comunitaria EL NEGRERO

Prensa El Negrero es un espacio alternativo y comunitario para el desarrollo de las poblaciones negras venezolanas y órgano informativo y comunicacional de la Fundación Civil Edgar Zabala. 

            Creemos que en nuestro país, a pesar de haber avances importante en lo social y en lo político,  están todavía muy lejos de reconocer la importancia que tiene la participación, como los aportes fundamentales que han hecho las poblaciones que se caracterizan por poseer una piel oscura a la construcción de la historia e identidad cultural venezolana, como parte del gentilicio que lo conforma; en el que hay que comprender que las identidades que conforman nuestros pueblos son el resultado de una amalgama de culturas, en donde fueron aportados elementos de gran riqueza cultural e histórica, que ha producido como resultado que el continente americano se convierta en mestizo, es por ello que no solamente debemos respetarla, sino además, cultivarla, porque nuestros pueblos son el resultado de esa fusión  que nos lleva a entender que es importante, como marco de la construcción de una cultura nacional, puesto que somos y hemos sido siempre pueblos que en lo particular nos hemos convertido en creadores históricos y estamos imbuidos por una creatividad inigualable, ya que poseemos grandes cualidades en diversas disciplinas que nos llevan a reconocernos como diferentes, pero como parte de las culturales nacionales.
A pesar que la globalización ha servido como mecanismo para imponer la postura de la “Aldea Única”, no hemos dado cuenta  que ha trabajado en diversas direcciones, permitiendo entrar en contacto y reconocernos como miembros de un pueblo común con luchas similares y ello ha permitido saber dónde estamos y podemos trabajar conjuntamente para alcanzarlas, porque a pesar que hemos logrado avances (porque la comunicación y la tecnología nos han permitido conocernos  y reconocernos…,), todavía es limitada nuestra vivificación, pero creemos que las poblaciones negras en el mundo tenemos mucho trabajo y por ello dentro un mundo globalizado y etnocéntrico, nos hemos dado cuenta que cada vez que los grande trust mediáticos las toman en cuenta y se motivan a colocar esas manifestaciones en los mismos niveles en que se reconocen las artes cultas, lo hacen con el propósito de no darles la importancia que ameritan, llegándose al extremo de  calificarlas de Folklore (como una forma de restarles valor), y es lo que nos lleva a comprender que tenemos que hacer esfuerzos para que se nos reconozca como diferentes, aunque sabemos que es una tarea pendiente que pasa por el respeto.
Por tales razones no nos podemos mantenernos al margen de las discusiones que tienen que ver con nuestra identidad, a pesar  que  asumir tal postura promueve encasillamientos, divisiones  y rupturas, pero también un enriquecimiento en la construcción de una visión diferente, en vista que seria mezquino, no reconocer el aporte realizado por los negros y negras a la humanidad.  Es por ello que  creemos que esta polémica es necesaria, para contrarrestar los fundamentos que sirven de fuente al neocolonialismo, cuyo objetivo es la profundización de las diferencias y de las divisiones ya existentes en base al concepto de etnocentrismo, aculturacion y transculturización.


Por lo que a nosotros nos corresponde…, para nadie es un secreto que en el curso de los últimos  500 años,  hemos  sido nombrados y etiquetados  con  denominaciones y apelativos  que los otros han escogido e impuesto, cuyo eufemismos (Negros y negra) ha traído como consecuencia oscurecernos como seres (humanos traídos como desarraigados del continente africano y esclavizados por los europeos en el continente americano), en el que tenemos que comprender que fuimos negados de llevar  nuestros propios nombres, de establecer nuestras propias definiciones y de ser seres humanos portadores naturales de derechos y deberes,   con las consecuencias  históricas por demás conocidas, en donde  en algunos de nuestros países, se establecieron  sofisticadas listas que  jerarquizaban  a los descendientes de los negros americanos según tonalidades  de piel y/o mezclas raciales[1]. Demostrándose que la llegada de los europeos al continente, demostró que ellos habían asimilados la manera como los africanos estaban estratificados…., además, aprendieron sus formas de comunicación, contacto con la naturaleza y formas de mistificarla.  Previo a este nefasto acontecimiento,  el continente africano estaba poblado por personas con diversas tonalidades de piel y  agrupadas geográfica, cultural  o  étnicamente y cada una de esta cultura, con su propia definiciones a acerca de la vida, lo que demuestra que si sabían  que representaba el color negro, cuyo apelativo utilizaron cuando entraron en contacto con los europeos, lo cual le sirvió como un eufemismo discriminador y fundamento para intercambiarlo por cualquier producto suntuario, en el que estaba muy presente la solidaridad mecánica y el poder ejercido por el jefe tribual, dado por el control que ejercía las formas elementales de la vida religiosas. A partir de entonces,  la denominación negro o negra significó  deshumanización,  mercancía, desarraigo, esclavo  y todo lo que implicó  el proceso de la trata negrera, que conllevó a que perdieran su identidad original, al ser tratados como desarraigados por los africanos y esclavos en tierras americanas por los europeos, llevando tal actitud a la subsecuente marginalización de las poblaciones que perdieron su origen africano en el nuevo mundo para convertirse desde ese momento en americano para asumir para siempre su identidad y diferentes culturas[2].  
Las luchas de liberación sostenidas por nuestros ancestros negros en América y  las que seguimos librando, nos otorgan el derecho de decidir la forma como queremos ser reconocidos. Somos negro o negra,  porque tal apelativo nos identifica y porque fuimos entregados y abandonados a nuestra suerte en suelos americanos, sin que los que nos entregaron tuvieran una preocupación, ni una pizca d humanidad por lo que no estaban pasando y sufriendo, puesto que solamente los que les interesaba, era no perder el intercambio como un mecanismo para seguir usufructuando el derecho a obtener los productos suntuarios y donde lo que se intercambiaba era vida humanas por bebidas, ropa sucia u otro objeto que viniera a satisfazle al jefe tribual sus pretensiones y su goce en lo personal.


Por tales razones, el término del cual me apropie, ya ha sido resinificado, porque habla de una historia de opresión y de lucha de la que somos parte, debido a que nos define hoy como parte de una comunidad global. Y si queremos seguir llamándonos negro o negra, es nuestra prerrogativa…, porque para muchos autodefinirse con este apelativo, se ha constituido en un acto de afirmación política y  está asociado no solamente con pertenencia étnica o cultural,  sino que está revestido de una alta dosis de conciencia y activismo que cada día está madurando y se está haciendo sentir, porque a pesar que somos el 52 por ciento de la población venezolana, no estamos representado políticamente…, pero estamos luchando por nuestra vivificación, puesto que este ha sido el único gobierno que no has tomado en cuenta. Somos negros porque es lo que identifica y nos dio identidad y nacionalidad cuando no teníamos nada que nos identificara y fue el apelativo que  nos dio el derecho a tener esa connotación, a ser tomando en cuenta por los otros estratos sociales y fue el que nos llevó poco a poco a ir ganando espacios en las diferentes naciones que integraron a la América, porque responde a los dictados de nuestra conciencia, a pesar que en el curso de los últimas centurias,  hemos  sido nombrados y etiquetados con  denominaciones y apelativos  que los otros han escogido e impuesto sobre nosotros, en el que fuimos negados de llevar  nuestros propios nombres,  de establecer nuestras propias definiciones y de ser seres humanos portadores naturales de derechos y deberes,  con las consecuencias  históricas por demás conocidas, porque los que nos impusieron tales prerrogativas discriminatorias y racista, sin darse cuenta, necesitaban de un eufemismo para identifícanos y nómbranos como parte de su entorno que implicaba poseer a seres humanos como una propiedad.   
Somos negros y negras porque  este término es el producto de la concertación y porque nos da la oportunidad de pertenecer y tener una identidad diferente a la de los africanos y europeos.  Porque los seres humanos necesitamos tener nacionalidad y ciudadanía, algo que nos identifique que somos seres humanos inteligentes que nos diferenciamos de la barbaridad que cometieron los africanos, en el que se tiene que tomar en cuenta el aporte hecho a la cultura americana. Por ello necesitamos ser parte de algo mucho mayor para sentirnos de alguna forma validados. Porque la mayoría de nosotros crecimos sin una tierra que nos identificara, sin antecedentes, que es como crecer sin nada, sin raíces y sin referentes y lo peor del caso, sin espacio para desarrollar nuestros idiomas originales. Porque cuando yo crecía nunca me reconocieron como seres humanos y ahora que me vez como humano y tengo identidad, puedo contar una historia asociada a un gran continente que se llama América y ¿Cómo fue que logramos ciudadanía y nacionalidad?. Porque ahora sé de dónde vengo y entiendo que mi historia tiene un valor que quiero transmitir y propagar, porque se ha convertido en un patrimonio para ser heredado y no queremos que otros grupos humanos pasen por ella. Porque nos sentimos  orgullosos de representar esa legado maravilloso que hicimos con esfuerzos, gallardía y valentía. Porque queremos ser parte de cualquier término que nos defina como militante por la igualdad, por el  respeto a la diversidad, por  igualdad de oportunidades,  por  la lucha por los derechos básicos de todos los seres humanos que implique ser lo que nosotros queremos ser.

Por lo tanto, somos partidarios de cualquier término que nos defina en el marco de una hermandad Universal, que nos convoque a abrazar esa comunidad ancestral americana que implica el reconocimiento a la cultura negra americana y nos invite a caminar juntos hacia los objetivos de libertad, de participación  e igualdad plena. Para nosotros, el término negra o negro, nos identifican, porque nos dio a comprender que éramos seres de carne y hueso que sentíamos y que estábamos alejados de ser animales calificados solamente para desarrollar el trabajo duro, puerto que tal eufemismo nos reivindica, nos dio identidad cuando no la teníamos, nos dio un nombre, nos hizo sentir que éramos vida para que ahora nos vengan a decir que lo negro solamente es color y no es una identidad y no se den cuenta, que ella fue construida en América por nosotros.



En nuestra opinión, no debemos perder el norte  y dejar que otros se lucren de esta discusión. Enfoquémonos en lo que es realmente importante, busquemos puntos de encuentro y construyamos a partir de ellos, porque hay quienes usufructúan de esta polémica y no son necesariamente quienes se alegran de ver mejorar las condiciones de los negros o negras, por el contrario, son ellos mismos,  quienes de una u otra forma se han encargado de atizar y  colocar obstáculos en detrimento de nuestras  luchas y por ello no les hagamos el juego. Nuestras comunidades están sedientas de cuestiones que edifiquen y que aporten al mejoramiento de sus condiciones de existencia, y es en esa dirección es que tenemos que dirigir nuestras discusiones, porque nuestra invisibilización social del negro como ser humano es una problemática para los que la experimentan y para aquellos que prefieren obviar el aporte sociocultural de estos (caso de los afro descendientes en Venezuela)..., en el que tenemos que comprender que nuestra cultura es diferente de las quienes plantean en Venezuela que son descendientes de africanos o afro descendientes y por otro lado, porque han dejando de ser de particulares para ir a conformar las culturas nacionales, en el que los desarraigados africanos (negros y negras), tuvieron una gran influencia y pasaron a conformar parte de la idiosincrasia de las nuevas naciones que se estaban creando en el nuevo mundo y que Europa consideraba sus periferias o patio trasero y en el que no podemos hablar de apropiación, sino de asimilación cultural o de de encuentro cultura que incentivó una lucha cultural por el control de sentido y la significación que lleva distintos bloques sociales con mira a construir un bloque histórico bajo su conducción hegemónica y cuyo escenario es el imaginario colectivo que se caracteriza por poseer una piel negra dentro de las sociedades concretas, donde se desenvuelven los diferentes sujetos sociales y que trajo una aceptación cultural impuesta que contrarrestaba la imposición aculturadora del sentido de un sujeto social sobre otro sujeto social, utilizando su mayor poder de fuego simbólico sobre los principales mecanismos generadores de insumos. Es por ello que la lucha y el trabajo deben de empezar en el hogar, enseñando e inculcando a nuestros niños/niña lo hermoso y mágico que es ser negro o negra para qué puedan comprender ¿Por qué la historia del mundo es impregnada en base a nuestro color piel?, y ¿Por qué es maravilloso ser parte de un grupo cultural en donde sobreabunda un mundo lleno de matices que tienen que ver con las diferentes culturas que se formaron después que Haití hizo la Primera Revolución de los negros y negra en el mundo, ante de la Revolución Industrial?


[1] Era de acuerdo a la posición que ocuparan en esa escala, que  eran sujetos de determinados favores particulares, puesto que los negros no gozaban de ningún derecho.
[2] El término negro entonces conllevó  una  profunda carga ideológica  negativa  que fue colocada sobre las espaldas de esta población y que fue sustentada  con argumentos seudocientíficos,  leyes diversas y mantenidas por siglos.


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